ANSIEDAD
La ansiedad constituye un aspecto normal del estado
emocional de los seres humanos. La angustia se define como un afecto
similar al miedo pero que, a diferencia de este, no obedece a un
estímulo amenazante externo, sino que es vivida como procedente de la
interioridad psíquica del individuo. Para la psiquiatría europea la
ansiedad se refiere a la expresión sobresaltada de ese afecto.
Epidemiología
El trastorno de ansiedad generalizada
es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes; es más frecuente en
mujeres y está relacionado con el estrés ambiental crónico. En personas
de mayor edad existe una mayor prevalencia de ansiedad grave. Hay una
asociación con el ámbito social, y existe una mayor incidencia sobre la
población con bajos niveles socioeconómicos.
El síntoma que los
pacientes refieren como “sentirse nervioso” es el de mayor frecuencia y
gravedad, seguido por “sentirse irritado”; el pánico es más frecuente en
mujeres. Los dolores de espalda y cuello y las cefaleas son las
afecciones más comunes, seguidas por “cansarse fácilmente” y “sentirse
débil”.
La prevalencia de ansiedad por zona
geográfica muestra una relación positiva con las áreas más densamente
pobladas o de mayor conflicto armado; con una edad de inicio entre los
veinte y los treinta años, pero con síntomas ansiosos desde edades
tempranas.
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Causas de la ansiedad
La ansiedad, al igual
que otros sentimientos (placer, exaltación, euforia, éxtasis, tristeza,
ira, rabia y calma), son fundamentales en la vida de las personas;
regulan la interacción con los demás y ofrecen un sistema de alarma que,
en el caso del miedo, sirven para afrontar situaciones de peligro o
riesgo.
Estas emociones, así como la percepción y
la acción, están controladas por circuitos neuronales del encéfalo. En
el caso específico de la angustia, su experiencia incluye tres tipos de
componentes:
- Un componente cognoscitivo.
- Respuestas autonómicas, endocrinas y esqueleto-motoras.
- Representaciones subjetivas del estado emocional.
Dos emociones humanas tienen mucha importancia en cuanto a las causas de la ansiedad: la sexualidad y la agresividad.
Sin embargo, en la descripción que las personas hacen de su angustia,
pueden esgrimir muchas razones que no guardan ninguna relación con
deseos agresivos o sexuales. Muchos pacientes, por ejemplo, se sienten
extrañados frente al hecho de que la causa de la ansiedad surja
precisamente cuando se encuentran más contentos y han conseguido por fin
el logro deseado. Otros culpan de su estado al abandono de un ser
amado, la mala suerte en los negocios, la soledad, un medio ambiente
adverso o el fracaso de un proyecto.
Estas quejas manifiestas son la
expresión inconsciente de situaciones traumáticas de separación en las
etapas iniciales de la vida, cuando el desarrollo psicológico es
incompleto, y el sujeto no cuenta con elementos suficientes para
defenderse del temor a perder la vida o ser aniquilado por peligros
supuestos o reales. Cada nueva situación de abandono o separación es
ahora mal soportada; hasta un hecho cotidiano aparentemente banal puede
ser motivo para desencadenar el estado de angustia y ser la causa de la
ansiedad
De acuerdo con la teoría conductista, la
angustia es una respuesta condicionada a un estímulo ambiental; las
personas afectadas por la ansiedad han sobregeneralizado sus temores y
han aprendido, por imitación, a responder ansiosamente. La imitación
proviene de respuestas semejantes de sus padres, cuidadores o figuras
importantes; en consecuencia, las respuestas de los ansiosos son
valoraciones que exceden la peligrosidad de las situaciones, y
subestiman sus propias habilidades para enfrentar esas amenazas.
La angustia es un afecto normal; su
intensificación, que se convierte en fuente de sufrimiento e
incapacidad, es lo que la convierte en patológica.
Síntomas de la ansiedad
La característica esencial de este trastorno es un sentimiento de desazón y desasosiego generalizados y persistentes,
que no están referidos a ninguna circunstancia ambiental en particular.
Lo más habitual es que el paciente se queje de estar permanentemente nervioso, así como de sentir otros síntomas típicos de la ansiedad como temblores, tensión muscular, exceso de sudoración, mareos y vértigos, taquicardia, y molestias epigástricas.
Con frecuencia manifiestan el temor a
que ellos mismos, o sus seres queridos, puedan contraer una enfermedad o
sufrir un accidente, entre diversas obsesiones y presentimientos de
carácter negativo. La ansiedad es un trastorno más frecuente en mujeres y
está a menudo relacionado con el estrés ambiental de su vida cotidiana.
Tiene un curso variable, dependiendo de las características de la
persona afectada, pero tiende a ser fluctuante y crónico.
Para que el trastorno de ansiedad sea
diagnosticado como tal, el paciente debe presentar síntomas de ansiedad
casi todos los días durante varias semanas seguidas. Los signos de ansiedad más indicativos son:
- Aprensión (excesiva preocupación sobre posibles desgracias futuras, sentirse “al límite” de sus fuerzas, dificultad de concentración, etcétera).
- Tensión muscular (agitación e inquietud psicomotrices, cefaleas de tensión, temblores, incapacidad de relajarse).
- Hiperactividad vegetativa (mareos, sudoración, taquicardias o taquipnea, molestias epigástricas, vértigo, sequedad de boca...).
- Los niños suelen manifestar una necesidad constante de seguridad y atención, y quejarse reiteradamente.
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COMENTARIOS:
tiene una función muy importante relacionada con la supervivencia, junto con el miedo, la ira, la tristeza o la felicidad.

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